lunes, 21 de septiembre de 2009

Viajar en microbus

Cuando El Fuchis trabajaba como cocinero en un conocido Hospital de Lima, se levantaba a las 05:00 de la mañana por efecto del despertador, lo cual era un error porque dependía de esa mierda, todos sabemos que cuando uno trabaja en una empresa o “service”, tienes que ser puntual, se bañaba, se vestía rápido y salía de su casa, para dirigirse hacia la Av. Dos de Mayo a la espera del autobús de la línea 45
¡Puta madre!, lo horrible que era subirse a ese micro de mierda, tenia que mecharse con treinta cojudos para subir, lo peor es cuando limpian el micro con Kerosene, o gasolina, por que se metía unas patinadas de la gran puta, y si iba con ropa de vestir ya estaba cagado, es hay cuando El Fuchis se daba cuenta que Dios no existía, o que era un reverendo chucha, una cosa curiosa es que siempre que se sube a un autobús, micro, custer o combi, se da cara a cara con el mismo sticker de mierda que dice “Acá el chofer es bacán, el cobrador es bacán, la música es bacán…”, carajo ¿Qué no hay originalidad?, si el huevonazo que invento la frase hubiese patentado el logo, se estaría cagando en plata, bueno recuerdo que en el viaje el Fuchis no se podía mover porque tenia miedo de que se le cayera el celular, de repente, trato de acomodar un poco el hombro y dejó caer su celular al piso, ¡Conchesumare’!, era imposible agacharse a recogerlo sin poner la cabeza cerca al culo a la gorda que iba al mercado, con ganas de tirarse un pedo, que tenía adelante suyo, o sin que lo punteara el flaco vendedor de tofies que subió al micro a recursearse, y para viajar gratis, en fin luego de jugar Twister en el micro, El Fuchis recuperó su celular, pero perdió, su dignidad, autoestima y virginidad anal, lo cual no sintió por estar sedado con el pedo de la gorda de mierda, que se llegó a cagar en la cara del Fuchis.
Pero eso no era todo, el cobrador, graduado con honores como hijo de puta por la Facultad de Hijoputismo de la Católica, seguía abriendo la puerta y subiendo pasajeros, personas, y personas, y personas, y personas, puta, El Fuchis no podía estar mas apretado, no sólo eso, sino que les decía con mucho entusiasmo como cabro en orgía, ¡Entren por atrás, al fondo hay sitio!, lo curioso es la forma de hablar de los cobradores, ¿Que hay un curso para eso?, yo me imagino que si, ósea tu vas a preguntar al EIGER por el “Curso Magíster para Cobradores de combi” y la flaca te explica, “Bueno amigo el programa consiste en 6 ciclos de 1 semana cada uno, donde se te enseñara el vocablo básico del cobrador, la técnica de camuflado de monedas, para finalmente pasar al curso practico y así llegar a conocer la peligrosa técnica del “Pie derecho”, para finalmente hacer tu MBA en Hardard o Yale, ¡Puta madre todos habla igualito!, Tooooooo la Marin, Javier Praaaaaa, Jocet, Joooooooocet, ¿Habla vas?, Vao, pisa, pisa no quiere ir parao, Toma taxi pe’ huevon, Toooooo la Marin, avisando con tiempo donde bajan, ya bajando, bajando, pera que tan con criatura, ya pie derecho, pisaaaaaaaaaaaaa, a ver a ver avanzando pal fondo…
¿Avanzando pal’ fondo?, que no se avanza hacia delante?, como chucha se avanza hacia atrás, a lo Jackson, en fin la combi estaba llenesita, eso hizo que el Fuchis tuvieses que pegar la cara al pasamanos, pasamanos en el que habían mocos pegados, saliva seca, donde pasa la mano el vende chicles salido del Centro Victoria y que hace 5 minutos había cagado sin papel, lo peor de que sigan abriendo la puerta es que nunca se vacía el micro, porque la gente se baja, pero siguen subiendo más, ósea baja uno, y suben dos, El Fuchis sintió sonar su celular, y se le dificultó mucho abrir el mensaje de texto que le acababan de enviar, algo muy extraño fue que sonó su celular y automáticamente todos se fijaron si no había sido el suyo, el se preguntó, ¡¿Quién mierda tiene un ringtone de La Tigresa del Oriente como yo?!
La pregunta que se hacía en ese momento era simple: “¡¡¿Dónde mierda estoy?!!, es que no sabía donde estaba porque cuando el micro esta lleno, no tienes acceso a las ventanas, no hay un agujero para poder fijarte o al menos ver algún negocio y orientarte y hacerte pensar un poco, no, no había nada de eso, El Fuchis trató de hacer amistad con un pasajero que se encontraba (mas o menos) cerca de la ventana, como para poder hacerle esa pregunta de mierda que el se hacía, pero amistó tanto con el pata que se puso a contarle acerca de que mierda era trabajar vendiendo espejos en la calle, tener una esposa hasta las huevas y ser padre de un bebe que era tan raro, que no sabía si era un niño con tetas o una niña con pene, el huevon hablaba como mierda y no dejaba habar al Fuchis, le contaba tanto de sus depresiones que al Fuchis le costaba entender como todavía no se había tirado por la ventana, puta, El Fuchis quería tirarse por la ventana, no sabía si se había pasado de su chamba o si todavía no había llegado, lógicamente uno siempre sabe cuanto dura su viaje, pero cuando llueve, el micro esta más lleno que Monumental en un clásico de la U y el Alianza, y todos los cálculos que haces se van a la mierda.

Por fin El Fuchis se animó y le preguntó al huevon ese donde estaba, y el puta le respondió con un hasta las huevas “No sé, yo me bajo al ultimo todavía” El Fuchis ya estaba marcando cien, taba mas emputado que la mierda, cualquier persona que estaba a su lado observar como la venita de la frente le latía, ya estaba con la cara roja de la ira, al borde de mandar a la mierda a todos los pasajeros, le llego al pincho todo y mismo gladiador romano frente a los turcos, entre mentadas de madre, punteadas, metidas de mano, olidas de pedos, sobacos, cabello sucio, goteada de sudor en el ojo, pisada de callo, uñero y juanete, logró llegar a la ventana y notó que la próxima esquina su destino, ya estaba llegando tarde, pero todavía tenía tiempo para que no lo boten, atravesó de nuevo ese callejón oscuro con cachetadas, empujones, escupitajos, rodillazos en las costillas y puta creo que hasta balazos, hasta llegar a la puerta de salida, pero el cobrador de mierda, por que hay que ver que si son unos completos hijos de la gran puta, le dijo “Joven, la bajada es por la puerta de atrás”, de nuevo lo mando al callejón de mierda ese, carajo, se bajó cinco paraderos después, llegó media hora tarde y lo botaron del Hospital, hay que ver que viajar en autobús es la peor huevada que puede existir, pero bueno, a tomar taxi, y viendo lo que te cobra un taxi, ya la penuria del micro pasa a ser una lindura de la idiosincrasia peruana ¿no?

Arturo.

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