viernes, 4 de septiembre de 2009

El día que El Fuchis, le pegó a Superman

Recuerdo que fue un Domingo, Andrea representaría el papel de Medusa mala, en la obra llamada “La Sirenita”, toda la familia del Fuchis estaba presente, tías, primas, y abuelos, Doña Santana había invitado también a Esther la madre de Andrea, la cual no es bien vista por la familia del Fuchis, sin conocimiento de este, la obra empezaría a las 11:00 de la mañana, siempre puntuales, la familia del Fuchis, llegó al Teatro Municipal del Callao, quince minutos antes, se instalaron, preparaban sus cámaras, mientras El Fuchis, se encontraba tras bambalinas fotografiando, y contemplando a su hija, la cual lucia hermosa, aun así vestida de negro, con mirada de villana, con lunares y verrugas en el rostro, dibujadas por su abuela, ella lucia radiante, sonó el tercer timbre anunciando el comienzo de la obra, El Fuchis se sentó junto a su papá Don Antonio, y contemplaron encantados la actuación de Andrea, mientras gritaban, aplaudían y fotografiaban cada movimiento de la pequeña actriz.

El Fuchis no se había percatado de la presencia de Esther en el Teatro, todo estaba muy oscuro, y no quitaba la mirada de su hija, para no perderse ningún detalle de la actuación, al terminar la obra El Fuchis se levantó de su silla, giró, y vio a Esther junto con su hermana Pierina, miró a su papá y precedió a buscar a Andrea para felicitarla, antes de moverse, Andrea salió para recibir las felicitaciones a su brillante actuación, Esther se adelantó y la abrazó para felicitarla, El Fuchis estaba tranquilo, estaba feliz por su Andrea, pero miró a un lado y vio a su tía Roxana gritando y tratando mal a su prima Gianina, diciéndole “Cojuda te dije que la agarres, ahora quien se la quita a la madre” El Fuchis al ver esto le dijo a su papá “Chamba (como lo llama de cariño), mejor vamos a la casa y hay agasajamos a Andrea, por que mi tía esta gritándole a Gianina por las huevas, solo por que Esther esta con la bebe, vamos a la casa mejor chambita” su papá lo miró molesto y le preguntó en tono enérgico “Que chucha dices”, las personas que estaban sentadas a los costados, voltearon, El Fuchis sentía como su cara se ponía roja de la vergüenza, “Papá no me hables así, te estoy diciendo que mejor nos vamos a la casa, me estas haciendo pasar vergüenza” su papá ya algo fastidiado por la presencia de Esther y por la sugerencia del Fuchis, le dijo “¿Oye tu estas huevon? ¿Qué chucha tienes cojudo, que vergüenza estas pasando?” la gente se paró de sus asientos, cuchicheaban, El Fuchis solo le dijo a Don Antonio, “Sabes que hablamos en la casa mejor, e intentó retirarse” su papá fue tras de el, y le dijo “A mi no me des la espalda huevon”, su mamá se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, se acercó y trato de apaciguar las cosas, “¿Qué esta pasando Antonio?”, le preguntó a su esposo “Este huevon que no se que mierda quiere” El Fuchis le explicó a su mamá lo que había sucedido, pero su papá no dejaba de gritar diciéndole “Sabes que huevon, vamos a la casa y hay conversamos” durante el camino a casa su papá estaba con el rostro rojo de cólera, y El Fuchis también, Don Antonio iba delante del Fuchis, abrió la puerta de la casa y la empujó, esta rebotó en una silla que estaba puesta detrás, la puerta golpearía en el rostro al Fuchis, El Fuchis la volvió a empujar, esto desató la cólera de Don Antonio, quien comenzó a golpear con puñetes en la cabeza al Fuchis, que estaba de espaldas.

El Fuchis corrió hasta el comedor de su casa, estaba furibundo, ya sin paciencia El Fuchis se cuadró frente a su propio padre, para arremeter contra el “¿Me vas a pegar huevonazo?” le preguntó su padre, “Te pego pues” le contestó El Fuchis, de inmediato El Fuchis arremetió contra su padre, lo arrinconó en una pared del comedor y le propinó sendos puñetes en las costillas, su padre lo abrazó con la intención de derribarlo, pero no pudo ya en el suelo El Fuchis logró tener una posición de ventaja contra su padre, estaba golpeándolo, sin piedad, sin remordimiento, y sin darse cuenta que la puerta de la casa no estaba cerrada, en ese momento mientras El Fuchis golpeaba a su padre, Santana su madre ingresó a la casa y vio aquel cuadro decepcionante, El Fuchis soltó a su padre, el cual de inmediato llevo su mano derecha hacia la cartuchera donde tenia su pistola, El Fuchis al ver esto ya casi a un paso de la locura comenzó a gritar “¿Me vas a matar?, mátame pues maricon de mierda”, su madre le rogaba que se fuera, sus tías lo tomaban de las manos, pero El Fuchis estaba irreconocible, loco, estupido, salio de su casa, sin tener uso de razón, su madre le gritaba cosas que el no pudo oír, tenia un pitillo en el oído que no lo dejaba escuchar nada, caminó, caminó, y caminó por toda la Av. Sáenz Peña, sin ver las pistas al cruzar, hablando solo, llorando, ante la mirada de la gente que lo veía como un alienígena, llegó a un Centro Comercial que esta en la cuadra 13 de dicha avenida, se detuvo y sintió su polo mojado, bajo la mirada, y vio su polo lleno de sangre, sus pantalones sucios por la tierra de la pared, su nariz estaba sangrando y el su boca también, tenia arañones en el rostro, “¿Qué mierda hago aca?” se preguntó, ¿Qué me paso?, algo contrariado, paró un taxi, regresó a casa, en el camino, llamó a una ex enamorada llamada Yessenia, y le preguntó si se podía quedar a dormir en su cuarto por un par de días, ella aceptó, al llegar a casa, la familia del Fuchis estaba en la mesa, lo miraron pero nadie decía nada, estaba en silencio, El Fuchis entró a su cuarto, tomó una mochila, y comenzó a guardar ropa, para 3 días, su madre entró tras el y le preguntó entre lagrimas, ¿Fuchis, hijito que has hecho, ya te condenaste para toda la vida?, ¿Por qué lo hiciste?, El Fuchis no contestó, ¿Qué vas a hacer, a donde vas hijo?, “Me largo” contestó El Fuchis, “Me voy por unos días a casa de Yessenia, para luego que se le pase la cólera a mi papá, poder hablar con el y definir mi situación, si me quedo o si me voy”, su mamá guardó silencio, bajó la cabeza, se arrodilló y le dijo al Fuchis “Hijito, no te vayas, no me dejes”, El Fuchis levantó a su madre y lloró con ella, Doña Santana logró convencer al Fuchis para que no se fuera, pero durante esa tarde y toda la noche El Fuchis cerró su puerta, y no salio para nada.

Los días pasaban, y ni Don Antonio, ni el Fuchis, se hablaban, no se miraban, evitaban cruzarse en la casa, era un ambiente lleno de tensión, y silencio, silencio que a Doña Santana le rompía el corazón, así estuvieron casi un mes, ni un hola, ni nada, El Fuchis no estaba bien, tenia un cargo de conciencia que no lo dejaba tranquilo, ¿Por qué mierda tuvo que pasar esto, si era un Domingo perfecto?, ¿Cómo es que acabamos así?, ¿Qué estoy haciendo?, hablo con “Papino” su jefe en la agencia de seguridad en la que trabajaba, “Escríbele una carta, si no te atreves a hablarle, déjale una carta y dile lo que sientes” le aconsejó, y El Fuchis hizo caso, escribió una carta para su padre, la primera que le escribía, le decía que lo perdonara, que nunca quiso lastimarlo, pero que entendiera que a veces el tenia ciertas conductas que El Fuchis consideraba innecesarias. Don Antonio leyó la carta, pero no le contestó, sin embargo le dijo a Doña Santana que si El Fuchis quería decirle algo que solo lo buscara y hablarían, que el lo escucharía, Doña Santana le comentó esto al Fuchis, “Hijo ya no aguanto este silencio, habla con tu padre, amístense, no soporto este dolor, me están matando, por favor Fuchis”.

Un Sábado luego de salir del trabajo, El Fuchis fue a su casa, su madre había salido con Andrea, su papá estaba echado en su cama, viendo televisión, El Fuchis en su cuarto sentía la presencia de su padre, se levantó, y se dirigió al cuarto, de Don Antonio, le preguntó “Chamba ¿podemos hablar?”, “Claro hijo” contestó Don Antonio, “Viejo, ¿que chucha nos paso?, ¿Qué chucha me paso?, no se por que lo hice, solo se que la cague, te fallé, te defraude, y lo entiendo, perdóname por favor, cometí un error, un error que no se repetirá, pero se que es un error que aunque perdones, jamás olvidaras, tu eres mi héroe viejo, tu para mi eres Superman, te amo, y perdóname por favor”, El Fuchis rompió en llanto ante la mirada de su padre, el cual solo se levantó de su cama y lo abrazó tan fuerte como pudo, lloró con el y le dijo “Te perdono hijo, lo hago por que te amo y por que te entiendo” durante el abrazo Don Antonio hizo un gesto de dolor, ¿Qué te pasa viejo? Preguntó El Fuchis “Tengo dos costillas rotas, pues cojudo le dijo Don Antonio, con una sonrisa de resignación, El Fuchis se echó en la cama con el y vieron televisión juntos abrazados.

Este es un recuerdo que El Fuchis nunca olvidara y nunca se perdonara, desde aquel día, Don Antonio y El Fuchis son los mejores amigos, se bromean, El Fuchis le cuenta sus cosas, y escucha sus consejos, pero este recuerdo taladra la mente del Fuchis y lo sumerge en el mas hondo de sus dolores, El Fuchis un día derrotó a Superman, pero no se siente orgulloso, lo avergüenza, lo deprime, esta es la historia de una familia como la tuya, como la mía, una historia que espero te enseñe algo, los hijos fallamos, los padres también, pero en el proceso aprendemos a reconocer nuestros errores, y a perdonar, algún día El Fuchis pagara sus errores, y sabe que pagara caro por ellos, pero sabe que toda acción lleva a una reacción y asumirá el costo, por que fueron lecciones de vida que lo hicieron fuerte, y le enseñaron mucho, Lo que un día siembras un día lo cosecharas, a su salud Don Antonio, Superman, chamba, viejito de mi corazón, un gran padre, un gran esposo, magnifico abuelo, un gran amigo, y un gran hombre.

Arturo.

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